Silicona en la Cocina es Buena o Mala?

Es un material ideal porque es versátil, flexible y duradero

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Los productos de silicona son buenos. Flexibles, antiadherentes y resistentes. Soportan temperaturas que oscilan entre los –60 °C hasta los 260°. Se puede usar tanto en el horno microondas o en el convencional como en el congelador. Sirve para cocinar y conservar alimentos.
La silicona es un material que se metió de lleno en la cocina, y la ha llenado de practicidad y color.

En realidad, este polímero sintético que se obtiene a partir de sílice de arena se ha metido en todo. O a quién no le han preguntado, cuando ha llevado el carro a lavar, que si le ponen silicona al tablero y la cojinería de cuero. O en la peluquería, que si unas gotas para bajar el frizz después de secar el pelo. Ni hablar de los pegantes para las manualidades o para refacciones en las paredes. O de sus usos en medicina: en los famosos implantes para senos, en cápsulas para facilitar la ingestión de algunos medicamentos y hasta marcapasos, válvulas cardíacas; incluso los anticonceptivos subcutáneos usan recubrimientos de silicona.

Seguir enumerando sus usos sería interminable, así que volvamos a la cocina. Hay utensilios de silicona para todo: moldes para hornear tortas y galletas, todos los tamaños de espátulas y pinceles, cogeollas y guantes para no quemarse, coladores, cucharones, moldes para hielo…

Por su composición química de silicio y oxígeno, es flexible y suave al tacto, no mancha, no se desgasta, no envejece, es resistente al uso que le den, no contamina y puede vestirse de colores.

Para Ismael Povea, docente de la facultad de Ingeniería de Alimentos de la Universidad de La Salle, “hay que aclarar que silicona es un nombre comercial, como icopor o teflón. Se trata de un material inerte que no genera ninguna clase de interacción con el alimento, es lavable, durable y tan flexible que tiene la opción de ser moldeable en distintas formas”. 

Según Elizabeth Franco, pastelera y profesora en la escuela Gato Dumas, “hace unos diez años se empieza a usar la silicona más que todo en la pastelería profesional, porque tiene muchas ventajas a la hora de hacer preparaciones; resiste muy bien las altas temperaturas, así como las muy bajas. Se puede congelar y hornear”.

Sin embargo, hace énfasis en que para que todo funciones bien, debe ser una silicona de muy buena calidad. “Cuando es así, el producto tiene buena durabilidad, los alimentos no se pegan y no hay que usar grasa, y son fáciles de desmoldar”, comenta esta pastelera que usa a diario dos productos de silicona que le encantan: “La espátula, porque es flexible y permite recorrer todos los bordes del recipiente para que no quede nada; por ejemplo, cuando haces una torta. Con la cuchara de palo hay que raspar mucho y deja residuos”. El otro producto, el tapete para hacer galletas o deshidratar alimentos. “No se pega y lo puedes coger sin quemarte para moldear el producto”.

Poveda también destaca que, precisamente por lo durable y resistente, “impacta de manera leve el medioambiente”, lo que compensa que pueda ser un poco más costoso. “Hay que evitar que un objeto de silicona presente fisuras en las que se acumulen alimentos y pueda presentarse crecimiento microbiano”.

 

Fuente: www.eltiempo.com

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