La comunidad judía prepara las celebraciones de Pésaj

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Desde el viernes y durante ocho días, conmemora la segunda festividad más importante después del Iom Kipur (el día del perdón). Celebran la salida de Egipto y refuerzan valores como los de superación y libertad. El viernes, en familia o en comunidad, será la primera noche del Séder.

¿Por qué esta noche es distinta de todas las noches? Con esa pregunta, el menor de cada familia comienza cada año el rito del Séder de Pésaj en los hogares judíos. Se trata de unas de las celebraciones más importantes del año, cuando se recuerda la libertad del cautiverio de Egipto rumbo al “Éxodo” por el desierto, rumbo a la tierra prometida guiados por Moisés.
Este año, la celebración comienza en la tarde de este viernes y concluye la próxima semana, el sábado 27. Se trata de una de las tres fiestas de peregrinaje del judaísmo, desde la época en que se acostumbraba marchar al antiguo Templo de Jerusalén para realizar ofrendas. 
En Pésaj está prohibida la ingesta de alimentos derivados de cereales (trigo, cebada, centeno, avena y espelta) fermentados, llamados en hebreo jametz. En su lugar se acostumbra comer matzá (pan ázimo), ya que según la tradición, los hebreos salieron de Egipto con mucha prisa y no tuvieron tiempo para dejar leudar el pan para el camino.
El Séder (que se puede traducir como “orden”, se refiere a la cena tradicional de Pésaj, que cuenta con una sucesión de pasos rituales preestablecidos) se celebra en el hogar la primera noche, aunque se ha sumado la costumbre de hacerlo en comunidad, en sinagogas o salones contratados a tal fin. En esa comida familiar o comunitaria, los mayores les cuentan a los chicos la salida de sus antepasados de la opresión egipcia y su peregrinar por el desierto, guiados por un texto de referencia llamado Hagadá (relato).


El ritual del Séder (cena de Pésaj) se desarrolla siguiendo un orden previsto en la denominada Hagadá, texto que contiene narraciones, himnos y oraciones que relatan el Éxodo de Egipto.
Para la cena se requiere también de una preparación especial. No pueden faltar en la mesa las velas, una bandeja que contiene hierbas amargas, papas hervidas, manzana rallada con nueces molidas y miel (jaróset), hueso o pierna de pollo asado, huevo duro, matzá, vino y un recipiente con agua salada. Cada uno de estos elementos tiene un significado simbólico que rememora situaciones vividas por el pueblo hebreo durante su esclavitud en Egipto y posterior liberación.
Los ritos de Pésaj empiezan antes de la festividad, cuando al anochecer anterior se realiza Bedikat Jametz (búsqueda del jametz) en las casas, oficinas y comercios, a fin de eliminar todo resto de alimento leudado; según la tradición, esta práctica se realiza con una vela, una pluma y una cuchara. Los primogénitos de cada familia ayunan hasta la mañana siguiente, en recordación a la víspera de la última de las diez plagas, que cobró la vida de los hijos mayores de los egipcios.
Los dos primeros y los dos últimos días son no laborables y corresponde recordar que la ausencia laboral en esas cuatro jornadas está amparada por la ley argentina. Los días intermedios son semifestivos y laborables, aunque la prohibición de jametz continúa.
Pésaj se encuentra en el segundo lugar después de Iom Kipur en el cumplimiento tradicional por parte de personas generalmente no observantes, pero además, se llevan a cabo rituales seculares alusivos en algunos kibutzim de Israel, basados en las connotaciones agrícolas de la festividad, mientras que en instituciones y casas de todo el mundo se aprovecha la ocasión para conversar y debatir acerca de la libertad.
La celebración será conmemorada también en Corrientes, por las familias de la comunidad judía local y también en distintos Séder familiares, donde cada grupo aportará platos típicos de la festividad. 

Qué hay en una keará

Se trata de un plato especial, que contiene seis alimentos simbólicos que ayudan a recordar el Séder de Pésaj.
La matzá simboliza cuando los hebreos emprendieron la salida de Egipto, llevaron consigo pan que no había alcanzado a leudar. Se habla de pan de aflicción por los tiempos de pena vividos en cautiverio.

Las hierbas amargas –apio, perejil– representan la amargura de la  esclavitud, al ser obligados a trabajar en trabajos pesados en la construcción.
El jaróset (manzana con miel) representa la arcilla y la argamasa con la que se elaboraban los ladrillos para las edificaciones durante el cautiverio. Una vez en Canaan, actual Israel, los hebreos fueron otras veces sometidos; por los asirios y, más tarde, por los babilonios. Es en esta última etapa (586 a 538 a.C.) cuando, a través de los profetas, comienza la creencia en la llegada de un mesías o salvador del pueblo judío.
En sentido figurado, al celebrar Pésaj se transmite a la vez la idea de superación. Si pudieron superar el sometimiento,  cada uno puede también afrontar lo que le toque en la vida.

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