El segundo largometraje de ficción de la correntina Clarisa Navas se llama Las mil y una, y ese título está relacionado con un barrio de la ciudad capital de su provincia, Las Mil Viviendas, barrio obrero que da lugar a una pertenencia particular.
La película abrió la sección Panorama del Festival de Berlín y diez meses más tarde se presenta en la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata (podrá verse a partir de mañana) y tendrá un lanzamiento virtual en la plataforma CineAr Play la primera semana de diciembre.
Navas presenta un film de ninguna manera autobiográfico que, sin embargo, está muy anclado en las experiencias personales de la realizadora y el reparto. La historia sigue a Iris, sus dos hermanos y el grupo de amigos que descubren la sexualidad, con todos sus dolores y placeres a flor de piel, surfeando prejuicios y peligros.
Las mil y una, segundo largometraje de ficción de la correntina Clarisa Navas, que allá lejos y hace tiempo, justo cuando la pandemia comenzaba a tomar cuerpo, abrió la sección Panorama del Festival de Berlín. Diez meses más tarde, la película se presenta en la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata.
Si bien la película regala un tono realista tan palpable que parece robado de la realidad, el guion de Las mil y una fue fuerte y pautado. “Tuvimos un rodaje muy breve, de apenas tres semanas, y fue el momento de recoger lo que se había trabajado antes en ensayos muy largos.
La película todavía no fue exhibida en Corrientes, en el mismo barrio donde se filmó. “Es extraño, porque la película tiene un recorrido internacional importante y hay cierto cordón que ampara el visionado y que, por las razones que fuere –por gusto o por corrección política–, defiende la película. Pero es muy diferente ir a Corrientes, con todos los prejuicios que hay en el barrio. Hay cosas ahí que son difíciles de enfrentar.
