El equipo de Boca Unidos recibió una paliza del último de la tabla, Gimnasia de Concepción del Uruguay. Fue 4-1, y el conjunto de Claudio Marini dejó el campo entre insultos y silbidos. 

Otro mazazo. Boca Unidos no levanta cabeza y ayer sumó una nueva derrota en condición de local en el marco de la 21ª fecha del Torneo Federal A.
El nuevo golpe llegó de manos del peor equipo de la tabla de posiciones en el grupo A, Gimnasia de Concepción del Uruguay, que se impuso por 4-1 y que hasta aquí no había ofrecido mucho pero pasó por el estadio “Leoncio Benítez” para sacar provecho de un equipo correntino intrascendente.
Luis Sotto, a los 41 de la parte inicial. Matías Fonseca a los 28, Nicolás Músico a los 37 y Kevin Retamar a los 45 minutos, todos en el complemento, marcarían para Gimnasia. Antonio Medina había igualado en forma transitoria para Boca Unidos a los 6 minutos de la parte final.
El local terminó el cotejo con un hombre menos por la expulsión de Lautaro Larrasábal a los 40 minutos del segundo tiempo.         
Mal en lo individual, y peor aún en lo colectivo, el Aurirrojo potenció ayer en su estadio todas las falencias que venía mostrando. Su falta de efectividades, la carencia de juego asociado y el desconcierto defensivo fue un cóctel demasiado accesible para un equipo entrerriano que limitó sus acciones al contragolpe.
En la parte inicial, los primeros y escaso cinco minutos fueron de lo mejor del elenco que conduce Claudio Marini. En ese período estuvieron los espacios y las mejores chances del local, ambas dilapidadas por Renzo Reynaga y Martín Fabro.
De ahí en más el partido ofreció poco, un Boca Unidos intrascendente, que pese a tener el balón carecía de ideas para lastimar, y un rival agazapado, que en cada intento ofensivo encontraba las ventajas que daba el fondo local.
Y la pasividad correntina tuvo su costo a los 41 minutos. Gimnasia iba a encontrar la apertura del marcador luego de que Pablo Vercellino mandara un centro desde la derecha al área local donde los “espectadores” defensores dejaron en soledad a Sotto que ingresó en el segundo palo y cabeceó al arco.
Era 1-0 para la visita que con muy poco sacaba provecho de las dificultades que mostraba Boca Unidos.
Se fue la parte inicial, y en el comienzo del complemento, el déjà vu. El equipo de Marini salía a empujar a su rival con arrestos individuales y tiros de media distancia. Fue a los 6 minutos cuando Tony Medina “frotó la lámpara” de un equipo sin ideas, tomando el balón dentro del área entrerriana, enganchando ante la salida de un rival y sacando un remate cruzado que se metió en el fondo de la red para decretar la igualdad.