El Iberá ya cuenta con una docena de Yaguaretés en libertad

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Mariua, el primer yaguareté liberada en el Parque Iberá en 2021, dio a luz a dos nuevos cachorros. En un año y medio, la población de yaguaretés en Corrientes, donde la especie estaba extinta, pasó de cero a 12 individuos silvestres libres en los Esteros del Iberá. Además, nuevos individuos se sumarán pronto a esta población en crecimiento.

Mariua, la primera yaguareté liberada en el Parque Iberá en 2021, fue avistada días atrás con nuevos cachorros concebidos y nacidos en libertad.

El avistaje ocurrió apenas unas semanas después de descubrir que Arami, una de las yaguaretés correntinas también liberadas en el Parque en 2022, tuvo dos crías silvestres.

Esta es una feliz noticia para el yaguareté y también para la integridad y salud de todo el ecosistema del Iberá: con el regreso del depredador tope se recuperan interacciones eco lógicas clave con sus especies presa (como el carpincho, el ciervo de los pantanos y el venado de las pampas) que influyen en la abundancia y distribución de muchas otras especies, incluso vegetales.

Mariua, yaguareté hembra de cinco años donada por el Criadouro NEX No Extinction (Brasil), fue la primera liberada en los Esteros del Iberá en enero de 2021 junto a sus dos primeros cachorros, quienes siguieron creciendo a su lado y luego se independizaron.

Ahora, Mariua tuvo una segunda camada de cachorros. El padre es Jatobazinho, un macho rescatado en Brasil y enviado por la organización Onçafari, liberado el 1 de enero de este año en el Parque Iberá.

Esta vez, su encuentro sucedió en libertad en los montes y bañados del área protegida. El lugar que Mariua eligió para dar a luz es un aislado monte rodeado de esteros en el Parque Iberá. Pablo Guerra, del equipo de Fundación Rewilding Argentina y encargado del monitoreo de los yaguaretés en el Centro de Reintroducción de Iberá (CRY) detectó, gracias al sistema GPS con conexión satelital que portan los collares colocados a los yaguaretés, un amontonamiento de puntos de localización de Mariua en un mismo lugar (algo conocido como clúster). Esto indicaba que la hembra permanecía allí desde hacía varios días.

Por ello, Pablo decidió emprender un viaje a caballo a este remoto lugar para verificar cuál era la razón. “La primera vez que fuimos para ese lado tuvimos que ir acompañados de nuestros vecinos, los baqueanos Cardozo y Correa, porque es imposible llegar si uno no conoce los pasos de agua. Es más, hasta tuvieron que reabrir algunos pasos que no se usaban hace tiempo.

Cuando llegamos al lugar no logramos observar a Mariua pero entendí que era un buen sitio como lugar de parición. Nos volvimos, dejamos pasar varios días y vimos que el clúster siguió sumando puntos…”

Días después el equipo decidió volver a explorar la zona. Esta vez, y tras recorrer nuevamente unos 20 km a caballo, hallaron restos de un gran ciervo de los pantanos cazado y algo que parecía una madriguera. Colocaron tres cámaras trampa en el borde del monte y revisaron las imágenes unas semanas después, cuando sucedió la magia: aparecieron en los videos dos nuevos cachorros de yaguareté nacidos libres en Iberá.

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