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Científicos de Córdoba lograron reducir en un 90 % el desarrollo de la bacteria que causa la mayor cantidad de infecciones hospitalarias al modificar el material del que están hechos varios dispositivos médicos.
Integrantes del Instituto de
Investigaciones en Fisicoquímica de Córdoba (Infiqc) modificaron el material
dióxido de silicio, del que están hechos catéteres, marcapasos y prótesis,
entre otros, y lograron inhibir el desarrollo de comunidades de Staphylococcus
aureus, la bacteria que causa la mayor cantidad de infecciones hospitalarias.
«Modificamos esta superficie con proteínas plasmáticas
sometidas a un tratamiento térmico y observamos una disminución del 90% en el
número de bacterias vivas adheridas inicialmente y una completa inhibición de
la formación de biofilm», indicó la primera autora del estudio, María
Laura Martín del Infiqc, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba
(UNC) y del Conicet.
Tal como explicaron los científicos en la revista
«Colloids and Surfaces B: Biointerfaces», el Staphylococcus aureus,
como otras bacterias, se unen y forman «biofilms» o comunidades
cuando se ponen en contacto con la superficie de un dispositivo médico y así
resisten mejor las defensas inmunes y la acción de antibióticos.
«Nuestro trabajo es de ciencia básica, pero si se
realizaran ensayos de validación, las superficies podrían incorporarse en
dispositivos biomédicos tales como catéteres, marcapasos, prótesis, válvulas
cardíacas o lentes de contacto», señaló a la Agencia CyTA-Leloir la
directora del estudio, Carla Giacomelli, directora del equipo de trabajo
«Biofisicoquímica de superficies» del Infiqc.
«Se podría implementar esta modificación superficial en
diferentes dispositivos médicos, ya que representa una estrategia novedosa,
fácil, económica y que utiliza componentes biocompatibles y de toxicidad
nula», afirmó Giacomelli.
Giacomelli y su equipo no desarrollaron un nuevo material,
sino que modificaron la superficie de uno ya existente difundido en el ámbito
médico y lograron evitar que ese estafilococo, que provoca desde infecciones
menores hasta otras que amenazan la vida como sepsis, endocarditis y neumonía,
pueda adherirse.
En principio, afirmó la investigadora, la modificación de
superficies podría utilizarse para biomateriales implantables u otros
dispositivos que no estén en contacto con tejidos vivos.
«En el primer caso, se necesitaría implementar
previamente estudios in vivo, para garantizar la efectividad contra infecciones
posquirúrgicas por el uso de implantes o dispositivos médicos al mismo tiempo
que se asegura su inocuidad», agregó Giacomelli.