Todos los 25 de agosto, en Argentina y el resto del mundo se celebra el Día del Peluquero. Aunque es una fecha popular dentro de las efemérides de agosto, pocos conocen cuál es el origen de esta celebración y qué tiene que ver con ella la realeza Europea del siglo XIII y la ciudad bonaerense de Pergamino.
En Argentina, las efemérides cuentan que el origen del día del peluquero celebra que en el año 1877, el peluquero y actor Domingo Guillén organizó un evento en el Teatro porteño Coliseo, al que asistieron cientos de personas. Así fue que se creó la Sociedad de Barberos y Peluqueros.
En 1940, se realizó el Congreso Nacional de Peluqueros en la ciudad bonaerenses de Pergamino, convocado por la ex Federación Argentina, que en su magna asamblea oficializó definitivamente el 25 de agosto como Día Nacional del Peluquero.
Sin embargo, como ya habíamos adelantado, el Día del Peluquero se celebra gracias al barbero de la realeza de Francia: es que en el siglo XII el servicio de peluquería era solo para la nobleza. En esos tiempos, la clase alta de la sociedad europea utilizaba pelucas y era el peluquero, que pertenecía a la clase plebeya, quien se encargaba de perfeccionarlas y retocarlas.
El Rey Luis IX decidió jerarquizar a su peluquero personal nombrándolo «hombre libre» y dándole un título similar a la de los caballeros y médicos.
El día del peluquero, sin embargo, no recuerda esa fecha sino que el 25 de agosto fue el día en que la Iglesia Católica santificó a Luis IX: un clásico dentro de las efemérides.
