
Aunque el origen de la efeméride está fijado en el extranjero, lo que a su vez le da su carácter de Día Mundial, el epicentro de la fiesta está en la Argentina. Esto se debe a que la geografía nacional ofrece distintas variedades de esta preparación básica, que surgió de la necesidad de contener viandas en panes para comerlas en el camino.
Hay que destacar que el origen de la empanada es difuso, aunque su lugar de nacimiento suele referenciarse en la antigua Persia, actualmente Irán. Allí, al calor de los largos viajes por el desierto, surgieron algunas de las primeras variantes de este plato, que aún hoy pueden conseguirse: el Fatay, la Sfiha, las Samosas y los Piroshki.
La importancia de la empanada en la cocina nacional está incluso tipificada, desde que fueron declaradas Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico Argentino por la Secretaría de Cultura de la Nación.