En los últimos años cada vez son más frecuentes las preguntas sobre qué agua debemos consumir o qué filtro tenemos que comprar para beber agua de buena calidad.
La primera lección es que debemos valorar el agua que consumimos por la pureza y el gusto definido por sus minerales, y no por su origen. La pureza es definida por el sistema de purificación, y no por la fuente.
Como leímos en muchas noticias, alrededor del mundo fueron encontrados microplásticos en lugares más recónditos del planeta y en gran parte de las aguas envasadas que consumimos. Ahí es donde debemos enfocarnos.
Partiendo de la base de que hay solo una molécula en el universo llamada agua, ya sea que hablemos de agua mineral, mineralizada, con electrolitos, de lluvia, red, mar o la que descargamos en nuestros efluentes, solo cambian las sustancias que la acompañan, minerales, materia orgánica, contaminantes, partículas en suspensión, y microorganismos, entre otros.
La molécula permanece siempre intacta, solo cambia quien la acompaña en su recorrido, nada que el ciclo del agua no haya purificado y purifique desde que esta sustancia tan importante para la vida llegó al planeta. Las dos variables más importantes que definen la pureza y el gusto del agua son el contenido de minerales y su condición microbiológica. En cuanto a los minerales, hay algunos que son necesarios y deben ser aportados a nuestra dieta y otros que no, denominados “contaminantes” como el arsénico, nitratos, boro, y el flúor entre otros. Este último todavía discutido a nivel mundial.
Las principales fuentes de aguas naturales son:
Agua Subterránea (acuífero)
Es parte de la precipitación que se filtra a través del suelo hasta llegar al
material rocoso donde queda almacenada. Los minerales encontrados dependen de
la región, las características del suelo y la solubilidad de las sales que
encuentra en su camino. Estas pueden ser de baja, media o alta mineralidad. Las
conocemos como aguas minerales cuando son envasadas, “agua de pozo” cuando se
extraen en forma particular, o subterránea cuando se extrae para su
distribución en la red pública, solo que aquí se adiciona cloro para su
desinfección y esto modificará su gusto. En el caso del agua embotellada, para
el proceso de desinfección se utiliza gas ozono o radiación ultravioleta, que
se destacan por no dejar gusto posterior a su tratamiento.
Ventajas
• En su mayoría aportan minerales beneficiosos para la salud como el calcio,
magnesio, silicio y potasio, entre otros.
• Aunque solemos aprender en la escuela lo contrario, el agua sí tiene sabor, y
esto se debe al contenido de minerales. El calcio y la alcalinidad son
importantes para un buen sabor.
• Unas pocas gotas de cloro pueden desinfectar esta fuente. Al permanecer bajo
tierra, sin interacción con el oxígeno en la atmósfera, no es frecuente la
existencia de microorganismos.
• Al contener baja a casi nula concentración de materia orgánica y no requerir
tanto cloro para la desinfección, no forma subproductos en la desinfección como
los trihalometanos, que son nocivos para la salud.
Desventajas
• Puede contar con contaminantes de origen natural propios de la geología del
lugar como el exceso de flúor, arsénico, y boro, etc. A veces están presentes
en el agua mineral envasada o de red en concentraciones menores a las que exige
la legislación como tope.
• Puede estar afectada por la contaminación ambiental con nitratos,
fertilizantes, pesticidas, microplásticos, etc. Algunos están incorporados en
el código alimentario y otros no debido a que son de preocupación emergente
como en el caso de los microplásticos.
• Estudios indican que más del 90% de las aguas envasadas y subterráneas
contienen microplásticos provenientes del medioambiente (no sólo de la botella
que los contiene en el caso del agua envasada).
Agua Superficial (originada en
glaciares, lagos, ríos, mar)
Esta fuente no llega a percolar en el suelo rocoso y por ende no contiene una
gran concentración de minerales, por lo que generalmente es de bajo contenido
salino. Al encontrarse en la superficie, es más común encontrar mayor presencia
de materia orgánica, partículas en suspensión, algas, microrganismos, etc.
Aquí la contaminación ambiental se presenta a partir de la descarga de los efluentes municipales e industriales, los fertilizantes, pesticidas y los contaminantes de preocupación emergente como los microplásticos y las sustancias perfluoroalquiladas (PFOA, presente en el Téflon por ejemplo, y PFOS), también llamadas “sustancias para siempre” ya que se acumulan en el medio ambiente y nunca se degradan. Otra característica es la cantidad de químicos que se usan para los tratamientos de agua, por ejemplo, el sulfato de aluminio, relacionado con la enfermedad Alzheimer, o el cloro en altas concentraciones.
El tratamiento de esta fuente básicamente consiste en una sedimentación, filtración y cloración. En algunos países como Brasil se utiliza la tecnología de ultrafiltración con muchísimas ventajas desde el punto de vista de inversión, operación y calidad, logrando un agua libre de virus y bacterias previa a la cloración.
Lamentablemente este tratamiento también permite pasar todas las sustancias disueltas provenientes de nuestros efluentes, al igual que pasaría la sal de mesa o el azúcar disuelto por un filtro de café. Un tratamiento que podría suplementar a la ultrafiltración para minimizar esta problemática podría ser la oxidación avanzada con radiación ultravioleta, tecnología que todavía no ha entrado al ámbito municipal.
En algunos países como Israel, España, Chile y en la mayoría de los de Medio Oriente, la fuente de agua de red proviene del mar. El agua desalinizada por ósmosis inversa es una de las fuentes de mejor calidad. Su costo de producción ha disminuido a lo largo de los años.
Ventajas
• Cuenta con procesos de desinfección que evitan el desarrollo de enfermedades
como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la
poliomielitis. Se calcula que la contaminación del agua provoca más de 500.000
muertes por diarrea al año.
• Difícilmente se encuentra comprometida su provisión por falta de volumen,
asegurando el acceso del líquido vital en las grandes urbes.
• Cuando el agua es potabilizada a partir de agua de mar, las membranas no solo
remueven las sales disueltas en el mar sino también los contaminantes
emergentes, consiguiendo una de las fuentes de mayor calidad y buen sabor
debido a la incorporación de minerales y a que no necesita altas
concentraciones de cloro para su desinfección dada su calidad microbiológica y
contenido de materia orgánica previos a la desinfección.
Desventajas
• Gran parte de las sustancias disueltas que provengan de la descarga de
efluentes domiciliarios o industriales no será removida por el solo hecho de
filtrar y clorar en el tratamiento municipal.
• Los filtros de carbón sobre mesada no remueven la mayor parte de los
contaminantes emergentes, ni el aluminio agregado en su tratamiento.
• La materia orgánica de esta fuente junto al cloro adicionado en la etapa de
desinfección forma productos perjudiciales para la salud como los
trihalometanos, de difícil remoción.
En conclusión, el agua más pura es la que cuenta con el mejor proceso de purificación para cada caso y para saberlo no hay otra opción que consultar con quien nos la provee. En la era de las redes sociales no es una tarea tan complicada, sin mencionar que como última opción tenemos siempre un 0800 para consultar. En el caso de agua mesa en bidones, es recomendable en alguna oportunidad que nos sea posible visitar las instalaciones cuando quien la comercializa no es una marca en la que podamos confiar de su proceso de purificación tan fácilmente. Como mencionamos al comienzo del artículo, el agua de consumo debe ser catalogada por su pureza y sabor y no por su origen.
(Autor:
Alejandro Sturniolo,
Director de la Asociación
Latinoamericana de Desalación
y Reúso de Agua (ALADYR) ecomundo.com.)