En esta noche algo calurosa, nos encontramos junto a Maria Teresa, café de por medio y muchas ganas de empezar, te sumas??
Ella nos cuenta su experiencia a esta nueva situación tan ajena a nosotros como es la palabra aislamiento,
Nosotros que somos tan amigueros, tan querendones, que nos gustan en demasía los apachos y de golpe nos enfrentamos a esta larga cuarentena que empezó casi con el otoño, como algo extraño, breve?? atemorizante tal vez!, pero sin que ninguno de nosotros pudiera dimensionar, o imaginar siquiera aún hoy, cuánto tiempo durará y cuantas sorpresas, aprendizajes, dolores, cambios en nuestra vida traería!!!
Al principio todo parecía lejano, sucediendo en la vieja Europa, que no llegaría a nuestras cotidianeidades. Pero de pronto estuvo aquí en cada rincón,
Y las primeras imágenes de las calles vacías, y sabernos impedidos de ir a trabajar, estudiar, reunirnos, salir de compras o simplemente a caminar, debo reconocer que en lo personal, me causó una mezcla de emociones: miedo por mis seres queridos, extrañar a los que están lejos, tristeza de abandonar proyectos, pero sobre todo esperanza de que todo pasaría en un tiempo breve y sin demasiadas consecuencias.
Sin embargo, el tiempo sigue transcurriendo y la enfermedad sigue azotando con más fuerza;
Pero a medida que los meses van pasando, el miedo y la tristeza van dando paso a la comprensión de que a partir de la pandemia todo cambiará en nuestras vidas, todo menos la esencia de las relaciones humanas.
Deberemos adaptarnos a nuevas conductas y tecnologías para poder comunicarnos, trabajar, estudiar, recrearnos, en todos los campos, lugares y situaciones, pero esa adaptación en algunos casos con más o menos esfuerzos, siempre tendrá por fin restablecer, bajo otros modos de expresión tal vez, la continuidad de nuestras vidas familiares, sociales, laborales, personales…sin abandonar el amor, la amistad, el entusiasmo, la esperanza.
Pero creo firmemente que esta situación tan inesperada y dolorosa que nos toca vivir, nos dejará la enseñanza del valor y la fragilidad de la vida humana, del poder del amor, de un abrazo, de un beso, de reir o de llorar juntos, del respeto por los semejantes y por la naturaleza, y de la importancia de las cosas más simples de la vida!!!
Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas. (Françoise Giroud)
VG