El dólar sube en la argentina: ¿qué consecuencias tendrá?

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Lo primero que hay que entender, es que el dólar se está debilitando en todo el mundo menos en la Argentina.
Esto tiene una consecuencia obvia: después de muchísimo tiempo, la Argentina se está volviendo más barata en dólares. El atraso cambiario sigue siendo importante, pero es innegable que en las últimas semanas esta situación se ha revertido parcialmente. ¿Qué consecuencias tiene esto?

La más inmediata es que incentiva la exportación de productos argentinos y desincentiva la importación de productos extranjeros. Debe quedar claro que esto no sucede de una día para el otro, pero en caso de persistir este tipo de cambio, comenzará a cerrarse el déficit de balanza comercial que tiene la Argentina.
Si bien es cierto que las importaciones han superado a las exportaciones en el último año, queda claro que las importaciones eran dramáticamente más altas en el año 2013. Incluso podemos ver que el grueso del déficit de balanza comercial es producto del déficit energético que nos dejó Julio De Vido.
Pero también lo ha hecho frente a muchas de las monedas de América Latina como el peso chileno, el peso uruguayo, el sol peruano, el peso mexicano y el peso colombiano:
Insisto: esta depreciación del peso debería colaborar con sectores exportadores muy castigados como el de la carne y el de las frutas y motorizar una reactivación en el interior del país.

La pregunta más importante: ¿cómo y cuánto se traducirá este movimiento del dólar en la inflación?

El Banco Central tiene a su disposición las herramientas para mitigar o incluso impedir que la escapada del dólar se traduzca a precios y creo que las utilizará para que así sea. Al momento el “pass through” o traslación a precios es sumamente bajo. En consecuencia, el país tiene buenas chances de hacerse efectivamente más barato para el resto del mundo por la vía del tipo de cambio.

Más exportaciones y menos importaciones significarán una mejora adicional a la reactivación que se viene dando. Pero atención: siguen ausentes medidas de fondo para un crecimiento genuino como son la reducción de impuestos (para lo cual se necesita reducción del gasto público) y la reducción de los costos laborales (contingencias y todos los “intermediarios” que se llevan una tajada del sueldo del empleado).

Para que haya crecimiento genuino se necesita que las empresas en la Argentina puedan ganar plata. Y no estoy pensando en las grandes corporaciones sino en las Pymes de todo el país. Mientras no entendamos esto y nos de vergüenza decir que el objetivo del empresario es ganar dinero, seguiremos luchando por una torta cada vez más chica.
Por Miguel Angel Boggiano – 30-Jul-2017

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